#HISTORIA_DE:

Joel Castillo frunció sus pobladas cejas por un instante y consideró la pregunta. Después respondió con seguridad: “Veinticinco”.

Si, dijo, la ciudad de Guatemala tiene 25 zonas. Pero por el rabillo del ojo, el fabricante de uniformes de 65 años de edad podía ver a su compañero de trabajo, Eduardo Juárez, sacudiendo su cabeza.

“La zona 20 no existe, ¿lo recuerdas?” dijo Juárez.

Castillo reconoció que ya había escuchado eso antes, pero no estaba seguro de por qué.

“Porque a los planificadores urbanos no les gustó la zona 20”, explicó Juárez. “Pobrecita 20”.

A unas cuantas cuadras de distancia — pasando la tienda de papelería que vende piñatas y el letrero de una marca de teléfono móvil que proclama, “La zona 10 está con Claro” — Carlos Carías sostuvo su mano izquierda en un puño y levantó sus dedos uno por uno mientras contaba.

“Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete”, dijo pausadamente el policía de tránsito de 26 años de edad.

Tuvo que pensar por un momento acerca de si existía la Zona 8, pero decidió que sí existía. Sin embargo, las zonas 20 y 22 definitivamente no existen.

“Quién sabe por qué se brincaron la 20 y la 22”, dijo riéndose.

Al plantearle otra pregunta — “¿Quienes son ellos?” – se encogió de hombros. “El municipio”, dijo, su voz subiendo una octava de tono en la última sílaba, lo suficiente como para hacerte saber que realmente estaba haciendo la pregunta, no contestándola.

Diseñado de una manera para darle forma a una creciente metrópolis, las autoridades aprobaron la zonificación de la ciudad de Guatemala — comúnmente llamada Guate por los residentes locales — en 1952, de acuerdo al sitio web del municipio. Dos décadas después, mientras crecía la ciudad, los líderes votaron sobre una resolución que establecía los límites de la zona 1 a la 25. No se proporcionó explicación alguna sobre por qué tres zonas, incluyendo la 20, estaban faltando.

En una creciente ciudad como lo es Guate, las zonas son una manera rápida para darles a las personas una estimación aproximada sobre el lugar del cual estás hablando. “¿Zona?” te preguntan comúnmente los conductores de los taxis. Las zonas comienzan cerca del centro de la ciudad, con la Zona 1, la parte más antigua de la capital, hogar del palacio nacional y el mercado central. Entonces se dispersan en forma de espiral en sentido contrario a las manecillas del reloj.

Es una especie de imagen de espejo de los 20 distritos de París, los cuales se distribuyen en forma de espiral en sentido contrario a las manecillas del reloj. (Sin embargo, ninguno de los distritos falta).

“Como un caracol”, dicen muchos guatemaltecos.

Por encima de las zonas numéricas, la Zona 10 de la ciudad también es llamada la Zona Viva — repleta de hoteles, bares y discotecas — y los lugares más pobres y más peligrosos son marcados como una zona roja.

El número de zonas que existen depende de la persona a la que le preguntes. WikiTravel, una guía de viajes en línea, dice que hay 21 zonas, y Wikipedia coloca el número en 22, diciendo que llegan hasta 25, pero que las zonas 20, 22 y 23 faltan. Nuestro Diario, un periódico en la ciudad de Guatemala, ofrece un post diciendo que existen 25 zonas pero que algunas técnicamente le pertenecen a otros municipios.

El sitio web del municipio se brinca las mismas tres zonas que Wikipedia y hace un enlace a la página de Facebook de cada zona.

Las personas utilizan las páginas para publicar fotos de un chow chow color marrón llamado Sony quien desapareció de la Zona 19 o para decirles a sus líderes en la Zona 5 acerca de los molestos baches. Hay un evento de camiones de comida en la Zona 1 — el bullicioso centro con una reputación tanto por sus carteristas como sus bolsillos gentrificados — y hay una grave inundación en la 9na Avenida en la Zona 7, una de las zonas más peligrosas de la ciudad.

En la zona cuyo nombre a menudo sale en los encabezados como “Cuerpo de mujer encontrado en un barranco en la Zona 18”, la página de Facebook no hace mención de la violencia. En cambio, hay fotografías del nuevo parque de skate localizado en el vecindario Paraíso II de la zona. En la Zona 19, cuya forma es rectangular, algunas veces llamada “la isla” porque flota de forma separada al resto de la ciudad, alguien publicó un post acerca de la congestión del tráfico.

Sin embargo, la más infame es la desaparecida Zona 20.

Una equivocación captada hace varios años, dijo Ángel Higüeros, jefe de cartografía de la oficina de registro catastral del municipio, en donde el cementerio de la ciudad estaba ubicado en la Zona 20. En un poco de humor negro, cuando alguien muere en la ciudad de Guatemala, algunas personas dicen: “Se fue para la zona 20”.

Para Juan Pensamiento, un artista, escritor y asesor legal de 38 años de edad, el descubrir la historia detrás de la Zona 20 por poco se convirtió en una obsesión. Recuerda el día cuando estaba en primer grado de primaria y su maestra le enseñó a la clase sobre las zonas de la ciudad. Contó hasta 19 y luego se brincó a 21. Pensamiento y sus amigos se voltearon a ver unos a otros, confundidos, y le preguntaron por qué no había una zona 20.

“No tengo ni idea”, dijo. “Simplemente no la hay”.

Su respuesta de ignorarlo y seguir adelante provocó una curiosidad persistente en Pensamiento. Les preguntó a sus padres. Ellos no lo sabían. Tampoco lo sabían sus abuelos. Entonces, un día, sintió una ola de emoción al conocer a un arquitecto urbano — este tipo tiene que saber, pensó. Pero no lo sabía.

Durante el transcurso de tres décadas le preguntó a las personas de vez en cuando, y la respuesta a menudo era la misma: “¿Saber?” (Los guatemaltecos utilizan el verbo saber cómo una forma de decir “¿quién sabe?”)

Pensamiento vive en la Zona 2, un área residencial de clase baja a media que dice se está convirtiendo en una “zonahipster”. Su zona llegó a los encabezados internacionales en el 2010 durante una tormenta tropical que produjo un sumidero tan profundo que no podías ver el fondo.

Hace algunos años, alguien se le acercó a Pensamiento y le habló sobre el publicar algunas de sus historias cortas acerca de la vida urbana. Estuvo de acuerdo, pero batalló para encontrar una forma para organizar la mezcolanza de historias. Todas eran tan diferentes y el juntarlas le parecía desordenado.

Pero entonces pensó en las idiosincrasias de la distribución de su ciudad — sobre como el vertedero principal se encuentra en la Zona 3, tan cerca del centro de la ciudad que incluso una simple lluvia envía el olor a basura flotando a través de gran parte de la ciudad. Pensó en cómo la combinación del diseño tipo caracol y el tráfico significa que puede tomar una hora para manejar entre dos lugares que suenan como si estuvieran tan cercano uno del otro — la zona 10 y 11.

“Esta ciudad es tan loca”, dijo, bebiendo horchata en un restaurante en la Zona 10. “Muy extraña”.

Se decidió por el método de organización a utilizar y tituló su obra “PerZona”, una mezcla de las palabras zona y persona.

En una ciudad de enormes desigualdades — “el cielo y el infierno sobre la misma tierra”, como lo describió otra persona – Pensamiento, en ocasiones utilizó su libro para señalar las diferencias en las realidades de las personas en la capital. La historia acerca de la chichi Zona 10, por ejemplo, presenta a una muchacha ficticia de 27 años de edad con un costoso bolso morado lleno de pastillas. La medicina es para sus dolores de cabeza, provocados por sus dolores de estómago, provocados por sus pastillas para bajar de peso.

Por supuesto, falta el capítulo 20. Pero también faltan los capítulos que hubieran correspondido a las zonas 8 y 17 – las cuales nadie cuestiona si existen.

Cuando se le preguntó acerca de las omisiones, dijo que siempre contesta la pregunta del mismo modo — con otra pregunta: “¿Por qué no existe la Zona 20?”

Les dijo a las personas que él escribiría los capítulos faltantes si algún día descubre el destino de la Zona 20.

Entonces, hace aproximadamente un mes, se topó con alguien que trabaja para el municipio, quien le dijo que trataría de llegar al fondo del misterio.

Al poco tiempo, el hombre regresó con una respuesta: Cuando el ingeniero urbano Raúl Aguilar Batres diseñó la espiral que le dio forma a la ciudad de Guatemala, el lugar que eligió para la Zona 20 cayó más allá de los límites de la ciudad, así que se lo brincaron.

Pensamiento se preguntó por un momento si el hombre estaba inventando la respuesta para quitárselo de encima, pero mientras más lo pensaba, se escuchaba menos loco. Higüeros, el cartógrafo del municipio confirmó la historia, diciendo que al igual que las zonas 22 y 23, la Zona 20 no existe porque cayó fuera de los límites de la ciudad. Hoy en día, dijo, el área es un municipio vecino de la Zona 8.

“Sentí tanta satisfacción”, dijo Pensamiento, riéndose mientras recordaba ese momento, después de 32 años de curiosidad, obtuvo su respuesta.

Pero ahora, dijo, significa que hay más trabajo.

Es hora de escribir los capítulos que faltan.

FUENTE: LA TIMES