El impuesto de solidaridad (ISO) podría desaparecer de forma gradual del 2025 al 2027, según el dictamen emitido por la Comisión de Economía del Congreso.
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En el Organismo Legislativo existen dos iniciativas de ley que proponen derogar el impuesto de solidaridad (ISO): una a cargo de la Comisión de Economía y la otra en la Comisión de Finanzas, pero solo la primera sala legislativa ha emitido dictamen, el que fue positivo, y los presidentes de ambas instancias explican el tema.
El diputado Jorge Ayala, presidente en la de Economía, dijo que la iniciativa dictaminada es la 5777, presentada en febrero de 2021, por los entonces diputados del partido Creo. Aunque esta proponía la derogatoria total en cuanto la ley cobre vigencia, la comisión dio su opinión favorable con modificaciones, para que la desaparición de ese tributo sea gradual.
En la actualidad la tasa del impuesto es de 1% y con las reformas al decreto 73-2008, se reducirá gradualmente a partir del 1 de enero de 2025:
- Para los períodos impositivos equivalentes a trimestres calendario comprendidos del 1 de enero al 31 de diciembre de 2025, la tasa será de 0.75%.
- Para los períodos impositivos de enero a diciembre de 2026, la tasa será de 0.50%.
- Mientras que para los que corresponden a 2027, la tasa impositiva será de 0.25%.
- En el artículo 2, se refiere que el impuesto queda derogado a partir del 1 de enero de 2028.
Sin embargo, se hace la salvedad de que la derogatoria no afectará los derechos adquiridos de los contribuyentes para acreditar los pagos del impuesto y que sean deducibles del gasto de la renta bruta para determinar la renta imponible que es afecta al impuesto sobre la renta (ISR). Y estos derechos serán aplicados conforme a lo dispuesto de forma original en la ley actual, decreto 73-2008.
La otra iniciativa es la número 6348 y fue presentada en marzo de 2024 por parlamentarios de la Une; su objetivo también era la derogatoria inmediata, se encuentra en la Comisión de Finanzas y según el presidente, Julio Héctor Estrada no se ha emitido dictamen porque se solicitó más información a la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), debido a varias dudas sobre el posible impacto sobre la recaudación.
Debido a que las iniciativas fueron enviadas a dos comisiones diferentes, no se emitirá un dictamen conjunto, pues existe un vacío en la ley y los procedimientos que permiten que, si se da dictamen a alguna, tiene el camino libre para seguir su proceso parlamentario, incluso su aprobación en el Pleno.
Lo que puede suceder es que el dictamen que ya fue presentado a Dirección Legislativa se agende para su primer debate en las próximas sesiones, dice Ayala. Ambos parlamentarios coinciden en que si es aprobada la derogatoria con la iniciativa en mención, la otra pierde materia.
La duda principal
Consultado Ayala por posible el efecto o pérdida de ingresos para el fisco derivados del ISR, al ya no aplicarse el ISO, dijo que no debería tener impacto porque es un impuesto acreditable al de la renta y le sirve al gobierno para tener liquidez porque es un pago anticipad y por eso decidieron que sea gradual la derogatoria para que compense esa pérdida de esa acreditación que ya no se va a dar.
En 2023 se recaudaron Q7 mil 259.4 millones, y a julio de 2024 se registran Q5 mil 700.3 millones, según datos de la SAT. “El año pasado se cobraron más Q7 mil millones, pero se acreditaron Q6 mil millones; entonces, el efecto neto fue de menos de Q1 mil millones o menos del 1% de la recaudación total. Y los contribuyentes que no pudieron acreditarlo porque no tuvieron utilidades, lo dejan como gasto deducible”, expone Ayala.
Consultado Estrada sobre la postura en la Comisión de Finanzas dijo que hay división, pues era un impuesto temporal, pero se quiere tener una idea más clara del efecto en la recaudación total, “porque no se trata solo de un pago adelantado, sino que hay algunos contribuyentes que solo pagan ese impuesto como la obligación de pago mínimo”.
A su juicio, se puede derogar progresivamente, pero al mismo tiempo fortalecer otras herramientas, porque el hecho de que la derogatoria sea paulatina diluye el impacto en la recaudación. “La relación entre el ISO y el ISR es en la que no terminamos de ponernos de acuerdo (en la Comisión de Finanzas) y por eso no hemos emitido dictamen”, añadió.
El Minfin se opone
Consultado en esta semana por el dictamen ya emitido, el ministro de Finanzas, Jonathan Menkos, quien también preside el directorio de la SAT, dijo que no está de acuerdo y que se hizo un análisis al respecto, el cual brindó por medio de la oficina de Comunicación.
En este se indica que esa cartera y la SAT han opinado de manera no favorable a la aprobación de dichas iniciativas, debido a “los impactos que pueden tener para la provisión de bienes y servicios para la población al verse reducida la recaudación tributaria y las asignaciones presupuestarias a gastos como remuneraciones, servicio de la deuda, pensiones y jubilaciones, las cuales en su conjunto representan cerca del 75% de lo que se financia con este impuesto, además de otros aportes institucionales incluyendo el situado constitucional”.
Se explica que el ISO recaudó el 7.6% del total de los ingresos netos en 2023, lo cual confirma que es el tercer impuesto que mejor recauda, además de dotar de liquidez trimestral al presupuesto público.
El otro aspecto expuesto es que al ser el ISO un impuesto acreditable al ISR del régimen sobre las utilidades de actividades lucrativas, “significa que su eliminación no se traduce en una mejor recaudación del ISR en el corto plazo, porque se debe considerar el período de agotamiento del crédito y la disminución de aquellos contribuyentes que actualmente pagan ISO en lugar del ISR”.
Se añade en el documento que el ISO permite que los contribuyentes que están por debajo del 1.6% de tasa efectiva en el ISR, tributen al menos un 1%.
También se explica que bajo un supuesto de eliminación o derogatoria del ISO, los impactos inmediatos serían una disminución de los indicadores de carga tributaria y la deuda respecto a los ingresos totales, que son referentes para la evaluación de riesgo país; estos indicadores se ven impactados de manera negativa, limitando los resultados de las acciones que la SAT ha venido implementando desde 2019 para aumentar los ingresos tributarios.
“Aunque la prudencia en la gestión fiscal es un pilar que ha favorecido la mejora de la calificación de riesgo país, para avanzar hacia la obtención del grado de inversión es indispensable continuar incrementando la recaudación tributaria en términos absolutos como con relación al tamaño de la economía. La reducción de tasas o eliminación de impuestos nos aleja como sociedad de lograr este estatus”, añade la opinión compartida por Menkos.
Q12 mil millones en 5 años
También se menciona que según estimaciones de la SAT, la derogatoria del ISO disminuiría los ingresos tributarios acumulados en Q12 mil 441 millones entre los años 2025 a 2030.
Refiere entonces que, para mitigar este efecto, sería oportuno que los legisladores incluyan dentro de la modificación de ley las herramientas adicionales para mantener la recaudación tributaria, como dotar a la SAT de capacidades para facilitar el intercambio de información con otras jurisdicciones fiscales; acceso expedito a la información bancaria para la detección de irregularidades y combatir la evasión fiscal de manera más efectiva.
Así mismo, afinar las reglas de subcapitalización; implementar la obligación de identificar al beneficiario final para fortalecer los controles y fiscalización; tipificar los delitos de simulación fiscal a través de una legislación que garantice la equidad y la legalidad en el cumplimiento de las obligaciones tributarias; y la implementación de la auditoría digital.
Durante los últimos años, los ingresos tributarios han aumentado, pero como porcentaje del producto interno bruto (PIB) son inferiores a la carga tributaria observada en otros países y son considerablemente bajos, en comparación con la deuda pública acumulada, se añadió.
Solo 7 mil pagaron ISR en 2022
El ISO se creó en 2008 como un impuesto temporal y se empezó a aplicar en 2009. Para el fisco, su importancia es que funciona como un control cruzado para el pago del ISR porque es como un anticipo a ese impuesto, acreditable posteriormente. Este es lo que se denomina en otros países como impuesto mínimo, porque en muchas ocasiones es el único que paga un contribuyente, explica Abelardo Medina, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
A su criterio, hay poco manejo de la realidad del impuesto sobre la renta de parte de los diputados y están viendo el ISO como algo aislado. “El problema real es que la mayor parte de empresas en el país, por la mala definición del ISR, no paga este impuesto y terminan pagando solo ISO. El problema es que cuando desaparezca el ISO, simplemente esta recaudación va a desaparecer y no se va a aumentar el pago del ISR”, argumenta.
Con información del 2022, dijo que de 146 mil empresas que estaban calificadas en el régimen del ISR sobre actividades lucrativas, solo unas 7 mil presentaron ganancias y la mayor parte de ellas, terminan pagando solo el ISO.
“Entonces, con esa derogatoria no se va a perder la recaudación del ISO, sino que simplemente la mayor parte de empresas calificadas al ISR ya no van a pagar impuestos. Eso mucho más serio de lo que ellos están percibiendo”, agregó Medina.
Y lo que sucederá es que los contribuyentes en ese régimen ya no van a reportar ganancias en el momento que desaparezca el ISO, añadió. Por ello, considera necesario también corregir el ISR. “En algo tienen razón los diputados y es que el ISO no tendría razón de existir pero solo si corregimos los espacios que permiten que las empresas no paguen el ISR”.