Un año después de la invasión rusa las pérdidas estimadas en las infraestructuras ucranianas ascienden a unos 133 mil millones de euros, las zonas más castigadas son las de Járkiv y Donetsk y el 40 % de los daños se registran en viviendas.
“El parque de viviendas ha sufrido hasta ahora daños por unos 50 mil millones de euros. En total más de 150 mil edificios residenciales fueron dañados o destruidos”, según Natalija Shapoval, codirectora del proyecto “Dañados en UA”, del instituto KSE en cooperación con el Gobierno, voluntarios y otros laboratorios de ideas.
Eso representa más del 8 % de todas las viviendas del país y significa que han resultado dañados los hogares de unos 3.2 millones de peresonas. El alcance de la destrucción lo pone de manifiesto el bombardeo activo de ciudades con cohetes y artillería, componentes principales de las tácticas militares rusas.
Además de los edificios residenciales, la mayoría de los daños afectan a la infraestructura del país y las empresas, respectivamente por valor de 33 mil 600 millones de euros y 10 mil 500 millones de euros, según el informe de ese programa correspondiente al primer año de la invasión rusa.
Las carreteras han sufrido daños por unos 24 mil 800 millones de euros por los bombardeos e intenso movimiento de tanques y otro material pesado. Han resultado atacados al menos 19 aeródromos militares y civiles, así como no menos de 126 estaciones de ferrocarril.
Los ataques directos causaron daños por unos 7 mil 500 millones de euros contra objetos de infraestructura energética. Todas las instalaciones de energía térmica e hidroeléctrica resultaron dañadas, mientras que la destrucción de la red de distribución de energía se valora en unos 2 mil 200 millones de euros.
También han resultado alcanzadas más de una treintena de instalaciones de almacenamiento y procesamiento de crudo.