Ícono de una era, Isabel II, fallecida tras 70 años de histórico reinado, finalizó este lunes su último viaje en Windsor, adonde llegó en procesión tras su grandioso funeral en Londres para ser inhumada junto a sus padres y esposo.
Miles de personas se amasaron en la gran avenida que conduce al castillo de Windsor para ver llegar el féretro de la reina, transportado unos 40 km en coche fúnebre desde la capital británica.
“Vine a presentar mis respetos y saludarla una última vez al paso del coche fúnebre, como veterano militar era mi deber (…) y no podría estar más orgulloso de que sea enterrada en Windsor”, dijo a AFP Robert MacDonald, de 48 años, vecino de la localidad y que acudió vestido de uniforme.
El coche fúnebre llegó cubierto con flores que las multitudes le tiraron durante su recorrido desde Londres, donde Isabel II había sido homenajeada en unas solemnes exequias oficiales en la Abadía de Westminster.