Las imágenes satelitales muestran un drástico cambio en el cerro ubicado entre Fraijanes y Villa Canales, donde ocurrió el derrumbe que mantiene cerrado el paso en el kilómetro 24 de la carretera a El Salvador.
El comparativo revela cómo, con el paso de los años, el paisaje dejó de ser una ladera verde y montañosa para dar paso a un terreno intervenido, con cortes visibles en la pendiente.
En las imágenes de 2010, el área aparece cubierta por vegetación. Pero entre 2016 y 2020 ya se observan modificaciones en la topografía, con zonas despejadas y obras civiles.
Para el 2023 y 2025, el cambio es evidente: la ladera fue recortada, reduciendo su estabilidad natural y dejando expuesta la pendiente.
Este tipo de intervenciones, según especialistas, puede alterar la estructura del terreno y aumentar el riesgo de deslizamientos, especialmente durante lluvias intensas.
El reciente colapso ha puesto en evidencia cómo la falta de control sobre este tipo de obras puede derivar en emergencias graves, expuso el presidente Bernardo Arévalo durante una conferencia en la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
El mandatario se refirió al incremento de emergencias provocadas por la lluvia y destacó que el sistema nacional cuenta con una mejor capacidad de respuesta.
“Lo que estamos viendo en ese lugar es el efecto de una obra que, hasta donde entendemos, no contaba con licencias ni estudios que evaluaran el impacto de las lluvias. Esto nos recuerda la importancia de los estudios de impacto ambiental y los análisis de riesgo”, señaló.
Por su parte, la Conred informó que corresponde a las autoridades territoriales realizar las averiguaciones necesarias para determinar qué tipo de licencia o permiso era requerido para las actividades en esa zona.
La institución reiteró que su mandato se centra en atender la emergencia y coordinar la respuesta interinstitucional.