Después de la potabilización del agua, la vacunación es reconocida como la acción de salud pública que más ha reducido el impacto de las enfermedades infecciosas transmisibles y ha mejorado la calidad de vida de la población mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas previenen entre 3.5 y 5 millones de muertes cada año por enfermedades como gripe, sarampión y tétanos.
En general, la población cree en el valor social de las vacunas porque observa una disminución de los casos de las enfermedades que previenen. Sin embargo, cuando se registran pocos casos debido a la vacunación continua, puede surgir incertidumbre o incluso duda. Por ello, es importante que las personas conozcan los beneficios de la vacunación y su aporte a la sociedad en los ámbitos personal, familiar, económico y de salud pública, señala un documento de Pfizer.
La vacunación protege frente a padecimientos graves, complicaciones e incluso la muerte ocasionada por diversas enfermedades. Es decir, las vacunas marcan la diferencia y salvan vidas.
Aunque la mayor parte del esquema de vacunación se cumple durante la niñez, los adolescentes y adultos también necesitan reforzar sus defensas con vacunas específicas. El Departamento de Medicina Preventiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), subraya en una entrevista con Prensa Libre que completar los esquemas de vacunación en todas las edades no solo es importante, sino urgente. La protección contra enfermedades prevenibles debe mantenerse a lo largo de toda la vida.
¿Por qué es importante seguir el esquema de vacunación?
Desde el nacimiento hasta la vida adulta es posible contar con un calendario de vacunación. La vacunación es efectiva, salva vidas, refuerza el sistema inmunológico y ayuda a combatir muchas enfermedades que pueden causar la muerte o dejar secuelas graves. Si no nos vacunamos, corremos el riesgo de que reaparezcan enfermedades graves y mortales que ya han sido controladas.
Beltetón refiere que existe un grado de conciencia en la población sobre la necesidad de reiniciar los esquemas de vacunación, debido a que se ha notado un incremento de enfermedades tras la suspensión de vacunaciones durante la pandemia. Entre estas, menciona la aparición de casos aislados de sarampión en otras latitudes, así como una tendencia al alza de tosferina y casos de influenza: “Esta última hemos visto que se está desbordando precisamente en estas épocas”.
Vacunas obligatorias para niños en Guatemala
Un esquema de vacunación es un listado que incluye todas las vacunas necesarias según la edad de las personas e indica el momento y el orden en que deben administrarse. Es elaborado por una entidad o institución de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda incluir vacunas contra tuberculosis, hepatitis A y B, poliomielitis, tétanos, difteria, tosferina, influenza, Haemophilus influenzae, neumococo, rotavirus, sarampión, paperas, rubéola, virus del papiloma humano, fiebre amarilla, meningococo y varicela.
Aunque se promueve que los niños reciban todas las vacunas necesarias, es importante que los adultos también completen su esquema de inmunización.
Primer año de vida, etapa preescolar y escolar
Beltetón refiere: “Se tiene el mito de que cuando los niños están enfermos de alguna enfermedad respiratoria no es posible vacunarlos. Por el contrario, en el momento en que los niños llegan a consulta es posible aprovechar para que sean vacunados”, agrega.
La vacunación comienza desde el nacimiento. A más tardar, a las 12 horas se administra la vacuna contra la hepatitis B y la BCG, que protege contra formas graves de tuberculosis. El siguiente contacto será a los dos, cuatro y seis meses, con una serie primaria que incluye la vacuna contra neumococo y la pentavalente, que protege contra tosferina, poliomielitis, difteria, tétanos e Haemophilus influenzae tipo B. Entre las vacunas de esta etapa también se encuentra la de rotavirus, por mencionar las principales.
Todas las dosis de vacunas generan anticuerpos, pero estos disminuyen con el tiempo. Por ello, algunas vacunas requieren refuerzos mientras los niños crecen: a partir del año para neumococo y desde los 18 meses para otras enfermedades como tétanos y tosferina.
Primer año de vida | Etapa preescolar | Edad escolar |
BCG | Varicela | Varicela |
Hepatitis B | Hepatitis A | |
Pentavalente ( Difteria, Tetanos, TosFerina,Tetanos, Hepatitis B, Haemophilus Influenzae) | ||
Neumococo | ||
Rotavirus | ||
Antipoliomelitica | ||
Sarampión Rubeola, Paperas | ||
DPT (Difteria, Tetanos, TosFerina) | ||
Influenza a partir de los 6 meses (Fuente: IGSS) |
¿Qué vacunas deben recibir los adolescentes?
El pediatra Beltetón explica que en el grupo de adolescentes se podría dividir de los de los preadolescentes hasta la etapa del adulto de los 11 años, 13 a 15 años, 16 años hasta los 18.
Las vacunas recomendadas son la vacuna de tosferina, difteria y tétanos que es posible poner a partir de los siete años de edad. Es una sola dosis en este grupo de población. que es un refuerzo especialmente para protegerlos.
La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) es sumamente importante para los adolescentes que están entrando en la etapa previa al inicio de la actividad sexual. Es fundamental que tanto hombres como mujeres reciban esta vacuna, ya que protege contra infecciones que pueden derivar en cánceres genitales, entre otros problemas de salud.
Otra vacuna clave en este grupo de edad es la del meningococo. El meningococo es una bacteria que se transmite fácilmente entre adolescentes que conviven de forma cercana, como en fiestas, clubes, aulas escolares e incluso en internados donde comparten dormitorios. Esta cercanía los hace mucho más vulnerables al contagio, dice Beltetón. Se trata de una población altamente expuesta, ya que esta bacteria puede causar meningitis, una enfermedad potencialmente mortal si no se diagnostica y trata a tiempo.
La vacuna contra la influenza también debe aplicarse anualmente en esta etapa de la vida. Es una vacuna prioritaria, especialmente para adolescentes que tienen alguna condición respiratoria previa.
Además, la vacuna contra la neumonía, causada por el neumococo, también cobra relevancia. Aunque se aplica desde los primeros meses de vida (a los 2, 4, 6 y 18 meses), en los preadolescentes y adolescentes debe administrarse un refuerzo. Actualmente en el país está disponible la vacuna neumocócica quincevalente, y próximamente se contará con la versión veintevalente.