Las enfermedades cardiovasculares son problemas que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos. Aunque en la actualidad el listado de este tipo de afecciones es largo, el infarto es el problema más grave del corazón, ya que puede causar la muerte repentina de la persona.

“El sistema cardiovascular está formado por el corazón, las arterias y las venas. Estos tres se pueden enfermar, por lo que existen varias enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, el corazón tiene músculo, válvulas y las arterias que irrigan a todo el corazón. Estas tres estructuras también se pueden enfermar y originar síntomas”, explica el cardiólogo Marco Antonio Rodas Estrada.

Cada enfermedad cardiovascular tiene tres fases: leve, moderada y grave. El tratamiento dependerá de la fase en la que se encuentre cuando se realiza el diagnóstico, por lo que cada persona puede considerar un problema al corazón como el más grave.

Las enfermedades cardiovasculares reciben su nombre según el origen del daño. Por ejemplo, la enfermedad valvular o valvulopatía, la enfermedad muscular o Miocardiopatía y la enfermedad de las arterias coronarias, que producen el problema más temido: el infarto del corazón o ataque cardíaco.

Enfermedades más comunes del corazón

Existen diferentes tipos de enfermedades del corazón, están aquellas con las que se nacen llamadas cardiopatías congénitas y otras que se desarrollan durante la vida.

Entre las más comunes se encuentra la enfermedad de las arterias coronarias, que ocurre cuando la placa se acumula en las arterias que suministran sangre al músculo y llegan a bloquear el flujo de sangre. Esto puede provocar dolor en el pecho, insuficiencia cardíaca, arritmia y ataque cardíaco, indica Celeste Aguilar, médico internista.

También se encuentra la hipertensión arterial, el exceso de colesterol, angina de pecho y trastorno del ritmo cardiaco. Otros tipos de enfermedades cardíacas pueden afectar las válvulas cardíacas o el músculo cardíaco.

¿Cuál es la enfermedad más grave del corazón?

Un ataque cardíaco puede ocurrir si un trozo de placa de una arteria o un coágulo de sangre se desplaza hasta el corazón. Sin la sangre que entra, el corazón no puede obtener oxígeno. Si no se trata rápidamente, el músculo cardíaco comienza a morir. Pero si recibe un tratamiento rápido, es posible que pueda prevenir o limitar el daño al músculo cardíaco, informa el sitio MedlinePlus.

De acuerdo con el cardiólogo Rodas Estrada, el ataque cardíaco es el problema del corazón más frecuente en la población mayor de 40 años. Afecta por igual a hombres y mujeres arriba de los 65 años.

En las fases sintomáticas de este problema, las personas se quejan de opresión en el pecho, habitualmente cuando hacen ejercicio. Este suele desaparecer al suspender la actividad física. El dolor dura de 3 a 5 minutos y puede irradiarse al cuello, a los hombros o la cara interna del brazo izquierdo. Estos síntomas se conocen como angina de pecho de esfuerzo.

También existe la angina de pecho de reposo, la cual consiste en presentar dolor más fuerte cuando se está sin hacer actividad física y suele durar mucho más tiempo. En varias ocasiones puede anteceder al infarto.

“Lo más grave es el infarto que se manifiesta con dolor intenso y dura entre 10 y 20 minutos. Se acompaña de dificultad para respirar o falta de aire, sudoración, náusea o pérdida de conciencia. Lo más grave de eso es la muerte repentina de la persona. Quien sufra de un infarto debe recibir atención médica lo más pronto posible”, indica el especialista.

El infarto puede ser de diferente tamaño, depende del porcentaje de daño que afecte al corazón. Si se daña más del 40%, la capacidad que tiene el corazón de bombear sangre puede disminuir a menos del 30% (cuando lo normal es arriba del 55%) y se desarrolla insuficiencia cardiaca con fracción de expulsión reducida, que se manifiesta con cansancio y fatiga severa. Esta última con sensación de ahogo, incluso en reposo.

Los especialistas enfatizan que, a mayor daño cardíaco cuando se sufre un infarto, mayor severidad de los síntomas.

Cómo prevenir un infarto

Los factores que predisponen a sufrir un infarto son: una vida sedentaria, la presión arterial elevada o hipertensión, obesidad, diabetes y niveles elevados de colesterol.

Por ello, prevenir un ataque cardíaco conlleva hacer cambios en el estilo de vida que sean saludables para el corazón, como tener una dieta saludable, hacer actividad física por lo menos 30 minutos al día, dejar de fumar, controlar el estrés y mantener un peso saludable.

También es importante dar seguimiento a los problemas de la salud que aumenten la probabilidad de un infarto, como la diabetes, colesterol y presión arterial alta. Hacer chequeos médicos constantes le hará saber si padece de alguna enfermedad que pueda impulsar daños al corazón.