Esta bomba casera tiene sus orígenes en Europa, sin embargo, su uso ha recorrido todo el mundo.

A lo largo de la historia han existido cientos de guerras originadas por múltiples causas como el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder o resolver disputas económicas, ideológicas, religiosas, territoriales, entre otras.

Es por ello, que con el pasar de los años el ingenio del ser humano le permitió crear armas para defenderse en estas disputas. A pesar de que el uso de la tecnología ha contribuido en la elaboración de armas muy poderosas, existen algunas de fabricación sencilla que nunca pasan de moda.

Este es el caso del famoso “Cóctel Molotov” o “Bomba Molotov”, un arma incendiaria improvisada basada en una botella de vidrio con un trapo y un líquido inflamable. Debido a la relativa facilidad de producción, es común verlas en la actualidad durante manifestaciones urbanas.

Inicialmente, el objetivo de estas bombas era incendiar tanques de guerra, ya que al impactar sobre ellos, el líquido en llamas se filtraba por las hendiduras del vehículo hasta quemar a sus ocupantes. 

Estas armas se utilizaban por personas que iban a pie que aprovechaban la vulnerabilidad de los puntos ciegos de los tanques, pues las personas que los manejaban solo tenían un pequeño visor. Pero, ¿cómo y cuándo se originaron estos artefactos?