La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, envió una carta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la instalación de una comisión contra la corrupción en su país, informó la sede del Ejecutivo en Tegucigalpa.
Desde antes de asumir el poder, el 27 de enero pasado, Castro anunció que le solicitaría a la ONU la instalación de la que sería la Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Cicih), para frenar la creciente corruptela en su país.
«La llegada de la Cicih a Honduras no lesionará la soberanía del país y contribuirá en la lucha contra los males y vicios que dejó el pasado Gobierno: corrupción e impunidad», indicó la Casa Presidencial en un comunicado.
Señaló además que el Gobierno que preside Castro «está comprometido a luchar contra la corrupción y la impunidad que tanto daño le han hecho al país».
Con el acompañamiento de las Naciones Unidas se espera combatir ambos flagelos que han sumido al pueblo de Honduras en la miseria, pobreza y desigualdad social, añade la información oficial.
Según la Presidencia, la Cicih también ayudará a fortalecer los órganos de investigación del país, que han sido «cercenados por las mafias y redes de corrupción que operan en Honduras con total impunidad».
Castro, esposa del expresidente hondureño Manuel Zelaya, considera que la corrupción, el narcotráfico, los escuadrones de la muerte y el crimen organizado son temas prioritarios en su agenda, y cree que el combate eficaz y efectivo a esos flagelos contribuirán a la refundación y construcción de una Honduras próspera y con oportunidades para todos los hondureños.
En 2016, luego de un acuerdo entre la administración que presidió Juan Orlando Hernández con la Organización de Estados Americanos (OEA), se instaló en Tegucigalpa la Misión Internacional de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (Maccih), que en cuatro años destapó sonados escándalos de corruptela que salpicaron a funcionarios y diputados, entre otros.
La Maccih no pudo continuar en el país centroamericano porque el Parlamento no le renovó un segundo mandato, con lo que se frustró una oportunidad de lucha contra la corrupción, flagelo que es uno de los principales causantes de la pobreza en Honduras, según diversas fuentes, entre ellas la Iglesia católica.