Las primeras acciones que llevó a cabo Donald Trump al asumir la presidencia de Estados Unidos fueron aumentar la seguridad de la frontera sur, endurecer las políticas migratorias y realizar deportaciones masivas, como lo había prometido durante su campaña electoral.
Trump instaló nuevas zonas militares en la frontera entre EE. UU. y México para que las personas que la crucen ilegalmente sean encarceladas por al menos tres delitos. Estas acciones han llevado a las estructuras criminales a intentar usar otras vías para continuar traficando ilícitos y personas, aseguró Ian Martínez Hanna, fiscal y codirector de la Fuerza de Tarea Conjunta Alpha (JTFA) del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.
Agregó que los cárteles se están ajustando a las acciones que están llevando a cabo las autoridades estadounidenses, porque a las estructuras criminales solo les interesa lucrar.
“Van a buscar una manera, un lugar débil donde se pueden meter y nosotros nos vamos a ajustar. La frontera está básicamente sellada. Supongo que va a llegar un momento en que un grupo va a encontrar una manera nueva para ingresar y nosotros nos vamos a ajustar”, enfatizó.
Agregó que prueba de ello han sido dos túneles que detectaron en El Paso, Texas, y que conectan con Ciudad Juárez, Chihuahua, México. Los hallazgos fueron en enero y febrero del presente año.
“Aquí casi nunca se ha visto eso, los túneles. Eso se ve mucho en San Diego, pero aquí no”, detalló Martínez.
Otra forma que están implementando las estructuras criminales es trasladar a los migrantes e ilícitos vía marítima, y el área de San Diego, California, ha reportado un aumento de lanchas y Jet Ski —motos acuáticas— que ingresan desde México.
Las autoridades de Operaciones Aéreas y Marítimas dijeron que esas actividades ilícitas han aumentado un 50% en el océano Pacífico desde enero de 2025, fecha en que inició un mayor control en la frontera sur.
Agregaron que durante los últimos seis meses han interceptado, en promedio, cuatro embarcaciones cada semana, las cuales trasladan entre 20 y 35 migrantes.
“Las investigaciones demostraron que los cárteles compran los botes tipo pangas en Estados Unidos a través de redes sociales y posteriormente son trasladados a México, donde los modifican”, explicaron.
Afirmaron que los indocumentados pagaban a los coyotes US$18 mil para que los llevaran a EE. UU. vía marítima, pero ante las constantes detenciones, los traficantes disminuyeron el precio a US$12 mil.
“Hacemos un llamado a las personas que no intenten cruzar ninguna de las fronteras de forma ilegal. Tenemos los recursos y personal para detectarlos y capturarlos. No les paguen a los traficantes ese dinero, porque a ellos —los criminales— no les importa la vida de ninguna persona”, dijeron.
Los cárteles y el control de todo el flujo migratorio
El fiscal afirmó que los cárteles del narcotráfico, que también se dedican al tráfico de migrantes, tienen el control de los pasos fronterizos.
Martínez Hanna comentó que han detectado que, en la región del Darién, entre Panamá y Colombia, los migrantes deben pagarle al Clan del Golfo una cuota para poder pasar.
Esa misma forma de operar la utilizan los cárteles mexicanos en la frontera con Estados Unidos, aseguró Martínez.
Las dos regiones con más flujo de migrantes son El Paso, Texas, y San Diego, California, según estadísticas de la Patrulla Fronteriza. Ambas zonas fronterizas están controladas por grupos criminales.
La Línea, el Cártel de Juárez, La Empresa y el Cártel de Sinaloa son estructuras criminales que trafican droga y migrantes hacia El Paso, Texas, según una investigación de Hope Border, una organización sin fines de lucro.
Mientras que la frontera de Tijuana, México, y San Diego, California,