La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, dijo hoy que el Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua está acentuando todavía más la represión de la sociedad civil, que empezó con fuerza en 2018, y que últimamente hasta los sacerdotes católicos son víctimas de persecución.

“Desde mayo, la policía ha reanudado el acoso contra sacerdotes católicos, siguiéndolos e intimidándolos persistentemente”, sostuvo la alta comisionada en la presentación ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU del informe de su oficina sobre la situación en Nicaragua.

La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas que dirige Bachelet ha recogido en los últimos meses nuevas informaciones que indica que las detenciones arbitrarias continúan, así como el encarcelamiento de personas percibidas como opositoras y el cese forzado de la actividad de oenegés.

Todo esto está provocando un nivel sin precedentes de salidas del país, incluso mayores a las que se registraban en la década de 1980 durante la Revolución Sandinista.

“En los últimos ocho meses, la cantidad de refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en Costa Rica se ha duplicado, alcanzando los 150.000”, precisó, tras señalar que también se ha disparado el número de los que son interceptados en las fronteras de Estados Unidos.