Desde la medianoche, Austria entró oficialmente este lunes en confinamiento, una medida radical que desató protestas el fin de semana, al igual que en países como Bélgica y Holanda, o en Guadalupe, departamento francés de las Antillas, donde la vuelta de las restricciones por el covid-19 genera una violenta revuelta.

Comercios, restaurantes, mercados navideños, salas de concierto y peluquerías cerraron este lunes en Viena sus puertas. Pero las escuelas siguen abiertas y las calles de la capital estaban más bien animadas el lunes por la mañana.

“La situación es un poco confusa” dice una habitante de Viena, Kathrin Pauser, tras haber dejado en el colegio a sus hijas de 11 y 9 años, ambas recientemente vacunadas.