El ataque contra el domicilio del alcalde de un suburbio parisino suscitó la indignación en Francia tras cinco noches consecutivas de disturbios, desencadenados por la muerte a manos de la policía de un adolescente, cuya abuela llamó el domingo a detener la violencia.
Francia vive un estallido social desde la publicación del vídeo de la muerte de Nahel, de 17 años, que falleció el martes por un disparo a quemarropa de un agente durante un control de tráfico en Nanterre, cerca de París.
Uno de los incidentes más graves de estos días se produjo en la pequeña localidad de L’Haÿ les Roses, en los suburbios de París, donde un coche en llamas se estrelló el domingo de madrugada contra la vivienda de su alcalde, Vincent Jeanbrun, del partido conservador Los Republicanos.
La conmoción provocada por el ataque ha relegado a un segundo plano el descenso de la violencia observado durante la noche del sábado en muchas ciudades de Francia y que parecía seguir su trayectoria descendente el domingo al comienzo de la tarde.
A las 01H30 horas del lunes (23H30 GMT del domingo), la policía había realizado 78 detenciones en todo el territorio nacional, según el Ministerio del Interior.