Los 102 guardias de presidios que fueron denunciados ante el Ministerio Público siguen asignados al centro de alta seguridad Canadá-Escuintla, El Infiernito, pero en tareas de limpieza y remozamiento, según autoridades.

El Departamento Jurídico del Sistema Penitenciario (SP) presentó dos denuncias en el Ministerio Público (MP) el 11 de junio pasado en contra de 102 agentes del Sistema Penitenciario (SP) asignados al Centro de Alta Seguridad Canadá-Escuintla, conocido como El Infiernito, donde recientemente se trasladó a los internos hacia el centro preventivo para varones de la zona 18 en la Ciudad de Guatemala.

Según las autoridades, la querella contra los 102 guardias penitenciarios que tenían a su cargo varias funciones en El Infiernito fue abuso de autoridad, incumplimiento de deberes, desobediencia, usurpación de atribuciones, y omisión de denuncia.

De acuerdo con información oficial de la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP) los 102 guardias de El Infiernito siguen en ese centro de alta seguridad, que no tiene actualmente población privada de libertad, en tareas de limpieza y apoyo para el remozamiento de esa cárcel.

Por ahora esperan que el MP inicie las investigaciones y se tome una decisión más delante de qué hacer con ellos.

De acuerdo con la denuncia, estos funcionarios permitieron que los más de 250 pandilleros del Barrio 18 recluidos en ese penal “gozaran de privilegios y dirigieran toda la operación de esa prisión”.

Las autoridades de Gobernación informaron el 2 de junio de diversos hallazgos durante las requisas que practicaron en El Infiernito.

«Hallamos una serie de situaciones que implican que había una total libertad a lo interno de la cárcel «, refirió el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez.

Jiménez agregó que localizaron una “variedad increíble de enseres, que van desde una silla para videojuegos, refrigeradoras, aire acondicionado, equipos de sonido y muchas pintas de identificación de clicas, etcétera».

Jiménez sumó entre los hallazgos, que calificó de graves, una granja con animales de patio que, probablemente, eran usados para la alimentación de los reos.

«Lo más serio es que encontramos en una pileta caimanes. Esto es un tema gravísimo, porque demuestra que había un descontrol total en esta cárcel», expresó Jiménez.

El reo enamorado

La otra denuncia fue contra cuatro agentes élite del SP y dos guardias penitenciarios, quienes participaron de la “interrupción anómala del traslado de un privado de libertad a una clínica médica y laboratorio» para entregarle globos y flores a su novia.

Estos seis agentes, según la DGSP, por ahora, no están asignados a ningún otro centro y están a la espera de que avance la investigación.

Se trata del caso que ocurrió el 31 de mayo pasado con el reo, Jerzi Natael Velásquez Alvarado, privado de libertad en la cárcel de Mariscal Zavala por asesinato, asociaciones ilícitas, conspiración y robo agravado, entre otros delitos.

Velásquez Alvarado fue jefe de seguridad de Haroldo Mendoza, a quien lo acusan de dirigir una estructura criminal de despojo de tierras, sicariato y tráfico estupefacientes.

En el caso de Velásquez Alvarado el DGSP solicitó un análisis jurídico para decidir la medida disciplinaria en contra de él por haberle llevado flores y globos a su presunta novia.