El exconcejal primero de Zacapa, Sergio Fernando Cifuentes Sagastume, volvió al municipio a principios de junio. Fue recibido por su esposa y correligionarios del comité cívico R19.
El exconcejal primero de Zacapa, Sergio Fernando Cifuentes Sagastume, de 43 años, volvió a Zacapa a inicios de junio después de haber cumplido una condena por narcotráfico por más de 10 meses, incluida libertad condicional que incluía “ser el niñero” de sus sobrinos.
En una transmisión grabada en Facebook se observa una actividad de bienvenida a la que acudieron su esposa, la alcaldesa de Zacapa, Xiomara Ovalle, uno de sus hijos, más familiares, trabajadores municipales y amigos.
En esa publicación, transmitida en vivo el 4 de junio desde la casa de la madre de Cifuentes Sagastume, en la aldea La Fragua, Zacapa, se aprecia una actividad religiosa en la que dieron “gracias a Dios por el regreso de Cifuentes Sagastume a su casa”. Ese día, además, se llevaría a cabo una cena en su honor.
Durante los actos religiosos Cifuentes Sagastume se refirió a los asistentes y les aseguró que durante su estancia en cárceles de Estados Unidos había sufrido mucho, porque había compartido con “criminales y pandilleros peligrosos”.
Según él no se esperaba un recibimiento como el actual. Dijo que era un hombre nuevo, que había aceptado a “Cristo en su corazón”.
“Este era uno de mis sueños, regresar como mi familia. Agradezco a todos”, expresa mientras se le quiebra la voz.
Añade: “Si algo me ha enseñado la vida es que si uno toca fondo ve las cosas diferentes. Uno extraña a su familia, los platos de comida”.
“Estar encerrado en un hoyo, 8 o 10 meses, no es fácil, señores. Por eso les digo, quieran a sus esposas, a sus familias. Denle gracias a Dios que tienen un trabajo, que tienen comida, porque tienen eso que nosotros, presos, no teníamos”, comentó ante los asistentes, muchos de ellos empleados municipales y miembros del comité cívico R19.
Cifuentes Sagastume asegura que “anhelaba el tiempo de estar con mi familia, que se me hacían largos los años, los meses, pero Dios me trajo de regreso”.
“A todos los quiero por igual, no tengo preferencia con nadie, todos somos iguales, todos somos una familia R19”, asegura.
Palabras de la alcaldesa
Xiomara Ovalle, alcaldesa de Zacapa, agradeció a Dios por el regreso de su esposo, de quien durante la campaña se había dicho que se habían divorciado, pero en esta actividad, el exconcejal admitió que desde la cárcel de Los Jocotes, donde estuvo preso mientras lo extraditaban a Estados Unidos, llegaron miembros del comité cívico que llevó a su esposa a la alcaldía para conformar la planilla.
Ovalle agradeció, además, a las personas que llegaron, y de quienes dijo que “a la hora de llamarles todos respondieron contentos para asistir. “Creo que si les hubiera dicho que era a trabajar no hubieran llegado tan rápido”, bromeó.
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“Doy gracias a Dios porque Sergio está de regreso. No fue fácil sólo para él, sino para una familia, para mis hijos, que lloraban en sus cumpleaños, en la Navidad”, recordó.
Ovalle recordó que el tiempo que estuvo detenido en prisión, en Guatemala y Estados Unidos, “fueron momentos difíciles para nosotros también. No es fácil. Uno puede tener todo el dinero del mundo, porque gracias a Dios y mi familia, le agradezco a mis papás, a mi mamá, que me recogieron y en mi casa con mis cuatro hijos y nunca nos hizo falta nada”.
La alcaldesa aseguró: “Aprendí que el dinero no es todo en la vida, sino que hacía falta ese papá y ese esposo al lado mío y de mis hijos”.
María Eugenia, hermana de Cifuentes Sagastume, expone durante esa actividad: “Aquí estamos todos sus amigos. Pasamos un año y medio trabajando con una misión, que, gracias a Dios, de darle la bendición a Xiomara de sentarse en la alcaldía”.
“Quiero expresar gran gratitud al Señor, porque nadie, nadie sabe de los acá presentes, los momentos tan duros y difíciles que mi hermano pasó”, resalta.
La hermana del exconcejal resalta que el regreso de él es un “momento de gratitud, de amor, de unidad, y no de reclamos, de pleitos, ni de nada. Que ellos como esposos salgan adelante, junto con sus cuatro hijos”.
Condena y libertad condicional
Cifuentes Sagastume es esposo de la alcaldesa de Zacapa, Xiomara Ovalle. Su defensa logró que un juez estadounidense le otorgara libertad condicional el 17 mayo pasado, según el Buró Federal de Prisiones.
En un principio a Cifuentes Sagastume lo habían condenado a 90 meses de prisión (7.5 años) después de haberse declarado culpable de narcotráfico.
La defensa apeló la decisión del juez y les hizo ver que Cifuentes Sagastume “era capaz de dejar el mundo de las drogas y llevar una vida respetuosa de la ley en las industrias a las que se dedicaba”.
Según sus abogados el exconcejal es trabajador y dirige negocios con ganado lechero, además repara y vende de automóviles y se dedica a la construcción.
l juez le rebajó la condena a 72 meses, (6 años), casi lo que ya había transcurrido entre su captura en el 2017 y mayo de 2024.
El abogado defensor, Nathaniel Crowley, en los documentos oficiales, aseveró cómo su cliente «sufrió tanto en la cárcel en Guatemala, que lloraba cuando se recordaba de sus hijos y esposa a los que tanto extrañaba”.
Cifuentes Sagastume estuvo recluido en la cárcel de Matamoros y luego la prisión de máxima seguridad “Álvaro Arzú Irigoyen”, en la aldea Los Jocotes, Zacapa, en 2022. El 30 de marzo de 2023 fue extraditado a los Estados Unidos.
Los US$500 mil de fianza
Pudo salir en libertad condicional tras haber, supuestamente, pagado una fianza de US$500 mil. Una tía suya, hermana de su mamá, de nombre María Cristina Gómez, ofreció hipotecar su casa en California para conseguir ese dinero.
Una transcripción de la audiencia en donde se planteó la posibilidad de pagar la fianza, Gómez confirmó que era su sobrino, hijo de su hermana.
En un principio, vía telefónica, dijo desconocer por qué su sobrino comparecía ante ese tribunal y le explicaron que lo acusaban de “conspiración para poseer con intención de distribuir cocaína a bordo de una embarcación; conspiración internacional para distribuir sustancias controladas, cocaína; y decomiso penal». Se le acusó de distribuir más de 900 kilogramos de cocaína”.
Posterior a eso, Gómez le indicó al juez que debía pensar más la situación porque esa casa era todo su patrimonio y los ahorros de toda su vida.
La acusación
El 2 de enero de 2017, una de las lanchas rápidas que Cifuentes Sagastume usaba para trasegar cocaína fue consignada con 866,2 kilos de cocaína en mar abierto, a unos cientos de millas al oeste de Guatemala.
“Tres mensajes de texto en la cuenta del teléfono Blackberry de Cifuentes Sagastume lo vincularon con este cuarto envío”, se lee en la acusación.
La función de Cifuentes Sagastume, según las pesquisas, “era comprar la cocaína a un vendedor colombiano, extraerla de contenedores de transporte o embarcaciones más pequeñas, y venderla a compradores, particularmente, de México, quienes continuarían transportando la cocaína a su siguiente destino”.
La participación de Cifuentes Sagastume en estas actividades se inició tras el asesinato de su padre. Después de la muerte de su padre, buscó protección de las organizaciones criminales.
Los antecedentes
Sergio Fernando Cifuentes Sagastume, de 41 años, nacido en Zacapa el 8 de marzo de 1982, fue extraditado a los Estados Unidos en marzo del 2023.
Cifuentes Sagastume estuvo preso en Guatemala desde el 3 de noviembre de 2017. Alias el Gordo fue detenido por agentes de la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica (SGAIA) y el Ministerio Público (MP) aquel día en el kilómetro 139.3, ruta al Atlántico – Jacobo Árbenz Guzmán -, en jurisdicción de Río Dulce, Izabal.
El 17 de noviembre de 2017 fue presentado ante un juez guatemalteco y se negó a ser extraditado hacia los Estados Unidos, donde lo requería la Corte Distrital para el Distrito Sur de California por los cargos de “conspiración para poseer con intención de distribuir cinco kilogramos o más de cocaína, a bordo de un barco sujeto a la jurisdicción de los Estados Unidos”.
Cifuentes estuvo prófugo desde el 21 de agosto de 2017, fecha en que se ausentó de su labor como concejal primero en la municipalidad de Zacapa.
El ahora extraditado vivía en residenciales Pocara, Zacapa, junto con su esposa, ahora alcaldesa de Zacapa y sus cuatro hijos. En registros oficiales aparece como propietario de la constructora Guayacán.