Quién ocupe el cargo de ministro de Salud deberá apagar varios incendios en la red de servicios de salud pública.

Sandra Aparicio recibe un Ministerio de Salud con varios problemas que debe atender de inmediato, de acuerdo con las expectativas de los usuarios de la red hospitalaria.

La cartera en mención ha estado y sigue estando en el ojo público desde el comienzo del nuevo gobierno, en especial por la crisis hospitalaria que se complicó en enero a causa del desabastecimiento de medicamentos e insumos, y también por emergencias sanitarias como el brote del Síndrome de Guillain-Barré, que forzaron a las autoridades a tomar medidas.

Por 151 días el médico Óscar Cordón estuvo al frente de Salud y fue sustituido por Sandra Aparicio, administradora de empresas con especialización en Administración pública.

La funcionaria afrontará retos mayúsculos, pues llega a mitad del año con un presupuesto ejecutado en un 42.63% —hasta el 14 de junio— que no ha sido suficiente para paliar las falencias estructurales del sistema de salud.

Tendrá que apagar fuegos avivados por la población que demanda servicios eficientes, con carencias en insumos y medicamentos y falta de recurso humano, además de posibles actos de corrupción en compras y contrataciones.

A ello se suma que deberá saldar el pago de una deuda millonaria con proveedores de la red hospitalaria, lo cual condiciona el suministro de medicamentos e insumos y que en anteriores ocasiones han interrumpido las entregas hasta que no reciban lo que se les debe.

Cordón también dejó firmado un convenido por US$943 millones 944 mil 469 con la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) destinados a adquirir medicamentos y equipo médico.

Sin embargo, está pendiente de darse el primer desembolso de US$110 millones para que el proceso dé inicio.

Dicho proyecto ahora está paralizado porque se espera que los fondos salgan de la ampliación presupuestaria que está en discusión en el Congreso o de una readecuación interna de los recursos del ministerio, pero que no dejó definido el exministro.

Asimismo, otro asunto pendiente se relaciona con reforzar el Programa de Salud Escolar, que no logra satisfacer las expectativas de los padres de familia de estudiantes del sector público, por su débil cobertura.

Entre los planes pendientes de implementar están los establecidos en la Ley de atención Integral del cáncer y en la Ley para la disposición y trasplantes de órganos, tejidos y células humanas, que aprobadas en fechas recientes por el Organismo Legislativo, pero por el momento sin presupuesto para ejecutarlos.

La renuncia de Cordón, expresa Alejandro Quinteros, analista independiente, es muestra de “la falta de preparación de Movimiento Semilla para gobernar”, pues no se aprovechó el período de transición para conformar equipos de trabajo con personas conocedoras de la administración pública, y ahora, ante la presión que hay en los ministerios, se dan estas salidas.

El 13 de junio trascendió que el viceministerio de Hospitales también quedó acéfalo con la renuncia del cargo de Linda Valencia. Al igual que Cordón, la justificación para su retiro del cargo fueron quebrantos de salud.

En este marco, Quinteros prevé que cualquier inversión nueva en Salud podría retrasarse. “Se convierte en un año perdido”, y el reto para quien asuma será recuperar el ritmo en los próximos meses, hizo ver.

Por otra parte, se tendrá que cumplir con un amparo provisional otorgado por la Corte de Constitucionalidad, que ordena a la referida cartera el abastecimiento de medicamentos e insumos en la red hospitalaria del país.

Demandas

Entre los temas que Aparicio debe atender con urgencia están el suministro de insumos, medicamentos y material médico-quirúrgico en los servicios de salud pública; mejorar el recurso humano y que el personal trabaje con base en metas, enfatiza Carmen Salguero, analista de la Comisión de Salud de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa).

Salguero también considera relevante la necesidad de mejorar la infraestructura y equipamiento de los distintos centros de atención, los procesos y sistemas de información, además de la planificación financiera, porque si el Congreso no aprueba la ampliación presupuestaria solicitada por el Ejecutivo, no se conoce cuál sería la alternativa.

Erika Pérez, directora del Hospital General San Juan de Dios, estima importante dar seguimiento al incremento del plan de gasto, el recurso humano, el abastecimiento, infraestructura y mantenimientos del nosocomio.

A su vez, el director del Hospital Roosevelt, Luis Arturo Chávez, dice el cambio de ministro y viceministro puede representar un “retraso” en las gestiones trabajadas con las autoridades salientes, como la ampliación por Q124 millones que fue aprobada y está pendiente de hacerse efectiva.
Espera que Aparicio tome en cuenta las necesidades de los hospitales y fortalezca la atención primaria.