Cerca de 400 miembros de los cuerpos de élite de las policías Militar y Civil del estado de Río entraron con varios blindados y cuatro helicópteros al Complexo do Alemao.
Al menos 18 personas murieron este jueves durante una nueva incursión policial contra bandas del crimen organizado en una favela de Río de Janeiro, informaron las autoridades.
Cerca de 400 miembros de los cuerpos de élite de las policías Militar y Civil del estado de Río entraron con varios blindados y cuatro helicópteros al Complexo do Alemao, una extensa área de favelas en el norte de la ciudad postal de Brasil, para enfrentar a una banda dedicada al robo de vehículos, de carga y de bancos.
Dieciséis “sospechosos” de pertenecer a organizaciones criminales, una mujer de 50 años que vivía en la zona y un uniformado de 38 años fallecieron durante la operación, que finalizó la tarde de este jueves, afirmó un portavoz de la Policía Civil en una rueda de prensa.
Más temprano, la fuerza había informado del deceso de cinco personas y de la captura de otras cuatro en ese complejo de favelas, escenario habitual de letales enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y bandas de narcotraficantes y de otras actividades del crimen organizado.
La Defensoría Pública, entidad que vela por la defensa de los derechos, y la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de Abogados de Brasil dijeron por separado a la AFP que tienen información que apunta a un total de 20 fallecidos, incluidos el policía y la mujer.
“Dispararon contra el auto”
Los familiares de Letícia Marinho de Sales, la vecina del lugar fallecida durante el operativo, acusaron a la policía de causar la muerte de la mujer al dispararle al carro en que se movilizaba junto a su novio, Denilson Glória.
“Había un policía en un semáforo, paramos. Aun así, dispararon contra el auto. Solo la vi cayendo hacia mi lado. Cuando miré, tenía un agujero en el pecho”, afirmó Glória al portal G1.
El coronel Rogério Lobasso, encargado de la Policía Militar para la operación, lamentó el hecho, que está “bajo investigación”. “No tenemos más informaciones de cómo sucedió”, sostuvo en la rueda de prensa.
El presidente ultraderechista Jair Bolsonaro lamentó la muerte del policía Bruno de Paula Costa, sin referirse a los otros fallecidos.
“Murió tras un enfrentamiento con bandidos”, dijo durante su tradicional transmisión en redes sociales, en la que se quejó de supuestas dificultades judiciales que enfrentan las autoridades para desplegar operativos en las favelas.
Pobladores denunciaron ante medios locales ataques de las fuerzas del orden a civiles, incluidos supuestos allanamientos a casas, en medio de los intensos intercambios de tiros entre autoridades y criminales.
Algunos videos divulgados por internautas mostraron una ráfaga de disparos contra un helicóptero de la policía y barricadas prendidas fuego para impedir el paso de los uniformados.
Las autoridades aseguraron que sus unidades fueron “violentamente atacadas” con tácticas “militares y guerrilleras”, y señalaron a los delincuentes de usar civiles como escudos humanos y de recibir respaldo de algunos habitantes.
“Operación emblemática”
Ronaldo Oliveira, subsecretario operativo de la Policía Civil, dijo que habrían preferido que los agentes “no hubieran reaccionado y haber capturado los 15 o 14 (presuntos criminales muertos), pero lamentablemente ellos escogieron dispararles a los policías”.
El coordinador de la unidad especial de esa fuerza, Fabricio Oliveira, calificó de “emblemática” la operación debido a que se desarrolló en una zona tradicionalmente vedada para las fuerzas estatales, donde además, aseguró, se refugian criminales de otros estados brasileños.
La del Complexo do Alemao es la segunda acción policial de alta letalidad en una favela de Río en los últimos dos meses, tras la ocurrida en mayo en Vila Cruzeiro, que dejó 25 muertos, entre ellos 23 supuestos sospechosos.
Debido a la alta letalidad policial, la máxima corte brasileña ordenó en febrero pasado al estado de Río presentar un plan para evitar tantas muertes.
La estrategia fue presentada en marzo, pero las organizaciones de derechos humanos, que a menudo denuncian supuestas ejecuciones extrajudiciales durante ese tipo de operativos, que quedan casi siempre impunes, la consideraron demasiado vaga.
En 2021 murieron 1 mil 356 personas a manos de las fuerzas policiales en ese estado -las que más matan y mueren en enfrentamientos dentro de Brasil-, según el proyecto Monitor da Violencia.