La demanda de energía sigue con crecimientos récord en el 2024, mientras Cabi advirtió que existe riesgo de desabastecimiento si no se invierte en más generación y en el transporte de electricidad, CNEE ve necesaria esa expansión, pero no observa riesgo a corto plazo.
El crecimiento de demanda de electricidad a nivel nacional en el 2024 se sitúa en 6% y se prevé que cierre el año alrededor de esa cifra, que representa incrementos récord, explicó el presidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE), Luis Ortiz. La cifra es más alta que la registrada en años anteriores cuando ha rondado en 3.4% en promedio anual.
El funcionario mencionó que ese comportamiento ha sido más notorio en algunos departamentos en los cuales ronda el 9% como en Petén, Puerto Barrios (Izabal), Chimaltenango y Huehuetenango.
“Está creciendo a una velocidad increíble, así que hay demanda que se debe satisfacer”, refirió.
Además, la demanda de la industria ha crecido también de forma considerable, incluso algunas están instalando más turnos de producción.
Advierte riesgo
Por su parte Paulo de León, director de Inteligencia Económica y Financiera en Central American Business Intelligence (Cabi), advirtió que existe riesgo de desabastecimiento a corto plazo, ya que la demanda está creciendo a un ritmo más alto que el de la generación de energía, pero insiste en que se requiere más inversión para mejorar la capacidad de transmisión.
Según datos del estudio “Desafíos y Oportunidades en el Abastecimiento del Sector Eléctrico en Guatemala” divulgado por esa firma en enero último, hay un déficit de 1.9% entre el crecimiento de la generación que ha estado estancado en 1.5% anual, y de la demanda en alrededor de 3.4% anual. A ello se añade el crecimiento récord de la demanda durante este año.
Ahora con el análisis “Retos y Soluciones para Optimizar la Contratación de Energía Eléctrica”, divulgado el 24 de octubre de 2024, la firma ha identificado tres premisas fundamentales para promover una discusión para definir una propuesta estratégica que garantice el bienestar del sector eléctrico y el abastecimiento, explicó el director.
Entre estas, la principal premisa es considerar el riesgo de desabastecimiento a corto plazo, ya que, aunque con la PEG-5 se definirá la ruta de contratación hacia el 2030, “resulta urgente atender la creciente demanda energética inmediata y establecer una planificación estratégica que garantice el suministro en los próximos años”, explica de León.
El analista advierte que el país se salvó de racionamientos de electricidad en el 2023 y 2024, derivado de la sequía que provoca una baja de generación de hidroelectricidad, y por el aumento de la demanda. Supo usar sus recursos, pero también empezó a importar más de México y de El Salvador.
De León no menciona una fecha específica, pero refiere que el riesgo de desabastecimiento es a corto plazo, y aunque expresa que por el momento “aún no se está con la soga al cuello”, se debe trabajar en atraer más generación.
No ven riesgo al corto plazo
El presidente de CNEE explicó que no ven un riesgo de desabastecimiento a corto plazo. Ese aspecto la Comisión lo consultó, recientemente, al Administrador del Mercado Mayorista (AMM), entidad responsable de la operación del sistema de electricidad, y le respondieron que en el corto plazo no se ve riesgo de desabastecimiento, refirió Ortiz.
Anuncia que la meta de la CNEE es tener finalizados los términos de referencia para la quinta licitación de contratos de largo plazo del Plan de Expansión de Generación (PEG), conocida como PEG-5, en la que estiman demandar más de 1 mil 200 megavatios. Estos contratos se prevén por un plazo de 15 años para el suministro a las tres grandes distribuidoras como la Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A. (EEGSA) y las dos que conforman Energuate (Deocsa y Deorsa).
Aunque no mencionó algún volumen específico por recurso, indicó que se buscan diferentes tipos de generación.
La matriz de generación es bastante balanceada y permitió que en el 2024 con el acuerdo de emergencia no se tuviera que racionar como sí lo debieron hacer otros países, agregó.
Y, por aparte existen unas 30 plantas generadoras solares menores de 5 megavatios cada una, que están en diferentes fases y se van conectando en las redes de distribución, lo cual considera que viene a ayudar a resolver problemas de suministro de electricidad.
Cabi analiza las contrataciones
La segunda premisa para considerar, según Cabi, hace ver la importancia de mantener la complementariedad entre tecnologías y fuentes de energía para asegurar un abastecimiento continuo durante todo el año. Derivado de ello, recomiendan que es necesario permitir el funcionamiento tanto de plantas existentes como de nuevas. Hay algunas existentes como las plantas de búnker o diésel, u otras que pueden servir para el suministro de la demanda, dijo De León.
No depender de fuentes externas, como el gas, pero tampoco solo renovables
En la tercera, es resaltar que la transición hacia energías limpias en el país “debe ser justa y progresiva, evitando cambios que puedan comprometer la estabilidad del sistema”, es decir se debe comenzar con niveles factibles y viables, mientras se aprovechan las plantas ya instaladas que son eficaces y no representan riesgos operativos, garantizando así precios eficientes y competitivos, añade la firma.
En su análisis Cabi también advierte la dificultad que traería al país la dependencia de una fuente de energía externa mencionando el caso del gas natural licuado, el cual se quiere integrar como uno de los recursos a licitar en la PEG-5.
Aunque considera que se debe tomar en cuenta ese tipo de gas en la transformación de la matriz energética, de León refiere que su inclusión como porcentaje de la estructura de generación no debe ser tan alta, porque también se deben tomar en cuenta dificultades.
Entre estas una geopolítica compleja, que volatilidad del precio es incierta, que el país tiene infraestructura portuaria deficiente para importar ese recurso. Además, que el tamaño de las inversiones necesarias es grande.
De León explicó que no se trata de cerrarse al gas natural licuado, sino de no depender tanto de esta fuente como lo sugiere otro estudio que propone iniciar con alrededor de 30% en el 2030 y llegar a representar el 55% de la matriz energética en alrededor de 10 años después.
A consideración de la entidad, la matriz debe ser diversificada, y tampoco enfocarse solo en renovables los cuales en la actualidad han llegado a representar alrededor del 65% de generación. Se debe tomar en cuenta que el país es vulnerable al clima, y aunque refiere que no se trata de cerrarse a las hidroeléctricas o solares también es diversificar con otros recursos como la geotermia.
Es un libre mercado
Al respecto el presidente de CNEE, expuso que “la Ley General de Electricidad permite la instalación de generadoras, y existe la libertad, es decir si las señales económicas están dadas, no hay ningún impedimento para que cualquier inversionista privado o de empresas tomen una decisión de sobre tecnologías al final lo que se está buscando es la satisfacción de la de la demanda de las distribuidoras y eventualmente lo que pueda ocurrir con el mercado libre”.
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Consultado si se cuenta con la infraestructura para instalación de generadoras de gas, el funcionario mencionó que a Guatemala le hace falta muchísima infraestructura, pero ese no ha sido un impedimento a lo largo de los años para que se hagan centrales generadoras, refiriendo que centrales anteriores de otros recursos iban construyendo su infraestructura.
“Entonces, sí es un problema porque lo que pensamos es de que hay economías de escala importantes que queremos aprovecharlas y por eso también se está empujando el tema de la expansión de transmisión de electricidad”, concluyó Ortiz.