Negocios han sido clausurados y los tenderos capturados por colaborar con estructuras de narcotráfico que operan desde la zona 3 capitalina.

La venta de droga al menudeo ya no es exclusivo de bares y discotecas, sino también de abarroterías donde los tenderos se prestan para la venta de estupefacientes, un flagelo que prevalece principalmente en el Centro Histórico capitalino, según la Policía Nacional Civil (PNC).

En mayo de este año, a nivel nacional fueron clausurados 11 negocios por venta de droga al menudeo, algunos de estos en la zona 1 capitalina y entre los cuales figuran abarroterías ubicadas entre las 16 y 17 calles, desde la 6a. a la 11 avenidas, informan los agentes de la institución policial que han participado en los operativos.

Los efectivos policiales refieren que las abarroterías o tiendas que fueron clausuradas tenían habitaciones y mesas detrás de las estanterías, en las cuales no solo se permitía el consumo de licor sin licencia, sino la venta y consumo de drogas.

Sobre si los tenderos son amenazados para vender los estupefacientes, los investigadores policiales afirman que lo hacen «por su voluntad», pues reciben ciertas ganancias y el control de esas ventas provienen de dos estructuras criminales que operan desde la zona 3 capitalina, principalmente del grupo denominado los Cara Dura.

Los operativos policiales también se han efectuado en los hoteles ubicados en el Centro Histórico, principalmente en los que se ubican sobre la 9a. avenida, entre la 14 y 17 calles, ya que son utilizados para el consumo de droga.

El cierre de esos negocios se realiza con base en denuncias de vecinos, quienes también se quejan de que en dichos lugares, además de expender bebidas alcohólicas en forma irregular, se fomenta la prostitución.

Cierre de bares

El fin de semana último trascendió el cierre del bar y discoteca Shai Wa, ubicado muy cerca de la Casa Presidencial. Según la PNC, el cierre se hizo durante los operativos cotidianos que coordina la multisectorial en contra del delito de trata de personas y para ubicar negocios que no cuenten con licencias de funcionamiento. En el caso de ese negocio se determinó que no contaban con las medidas de higiene establecidas por el Ministerio de Salud, pero también tenía varias denuncias de vecinos por el “exceso de volumen de la música durante la madrugada”.

Los agentes indican que estas denuncias no son nuevas, puesto que las quejas de los vecinos son recurrentes en contra de varios lugares de esa zona, principalmente por el ruido estridente que provocan y porque solo cierran las puertas para cumplir con la ley seca, aunque continúan con la venta de licor durante la madrugada y permiten el ingreso de más personas.

Los investigadores afirman que el problema en el Centro Histórico y otras zonas de la capital es que cuando se clausuran los negocios por falta de licencias y otras situaciones, los mismos propietarios abren nuevamente el comercio y en el mismo lugar, y únicamente le cambian el nombre. Lo mismo sucede con las abarroterías que fueron clausuradas por venta de droga, ya que solo contratan tenderos que remplacen a los que fueron detenidos.

Edwin Monroy, vocero de la PNC, refiere que los operativos de la multisectorial en la que participan instituciones como el Instituto de Migración, Procuraduría General de la Nación y Ministerio Público, también tienen la finalidad de verificar que no se venda licor a menores de edad y que las personas que lo consumen no porten armas de fuego.

“Aunque tenga licencia de portación, se tienen que prevenir incidentes y no se puede permitir que una persona ingrese armada a un negocio para consumir licor. Verificamos que los negocios cumplan con esas restricciones», puntualizó.

Las denuncias, según Monroy, también son constantes por riñas en la vía pública.

Desde años anteriores, el Centro Histórico tiene antecedentes de operativos donde han sido clausurados varios negocios. En el 2015, el Juzgado de Asuntos Municipales de la capital ordenó el cierre de 18 locales comerciales ubicados en la 9a. avenida, entre 15 y 18 calles de la zona 1 capitalina, que operaban en forma ilegal.

Entre los establecimientos clausurados hubo bares, cantinas, cevicherías y cafeterías, las cuales, según las notificaciones colocadas en las puertas, pues incumplían con los acuerdos del ordenamiento territorial y revitalización del Centro Histórico.

El problema por negocios sin licencia y que sirven como puntos de distribución de droga no es exclusivo de la zona 1, dicen los agentes. También se han reportado en las zonas 3, 7 y 11 de la capital.

Recomendaciones

Como parte de las acciones para rescatar esta parte de la ciudad de Guatemala, las autoridades de la Dirección del Centro Histórico y la Municipalidad capitalina, han recomendado a los dueños de los negocios que coloquen mitigadores de sonido, puesto que la mayoría de negocios  no cuentan con esos accesorios.

Uno de  los requisitos para que un negocio pueda operar en esa zona es que no sobrepase los 65 decibeles. Para medir esos parámetros han recomendado la adquisición de aparatos determinados para ese fin, y también la colocación de doble puerta para “encajonar el sonido”, entre otros aspectos técnicos.

Ricardo Rodríguez, exdirector del Centro Histórico, afirma que el problema de venta de droga persiste sobre la 7a. avenida y 9 calle, de la zona 1, debido a la cantidad de bares y discotecas que hay en los alrededores de ese sector.

Rodríguez confirma que algunos negocios optan por abrir algún tiempo hasta que las autoridades se percatan que no cuentan con licencias, posteriormente abren el negocio con diferente nombre.

“Hay bares y restaurantes que tienen hasta 50 años de funcionar en el Centro Histórico y no han tenido problemas porque cuentan con licencias”, afirma.

“Cerrar negocios no es la solución, las autoridades deberían tener un acercamiento con los propietarios y tratar de que solucionen su situación pero que también cumplan con los requisitos de funcionamiento”, agregó.