Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo una de las principales causas de muerte en personas mayores de 60 años. No obstante, adoptar ciertos hábitos cotidianos puede reducir significativamente el riesgo de infartos, insuficiencia cardíaca o accidentes cerebrovasculares, incluso en edades avanzadas.

Aunque el envejecimiento conlleva cambios fisiológicos naturales, como el endurecimiento de las arterias o la disminución de la elasticidad del corazón, los expertos coinciden en que un estilo de vida saludable es determinante para conservar la función cardiovascular.

Adoptar hábitos saludables no tiene fecha de inicio. A los 60, 70 o incluso más allá, es posible fortalecer el sistema cardiovascular con pequeños cambios sostenidos en el tiempo. Alimentarse bien, mantenerse activo, controlar el estrés, acudir al médico y evitar el tabaco o el exceso de alcohol son decisiones que impactan directamente en la salud del corazón y en la calidad de vida.

A continuación, se detallan cinco hábitos diarios que contribuyen activamente a proteger el corazón en la tercera edad.

1. Alimentación equilibrada y baja en sodio

Una dieta rica en nutrientes y pobre en grasas saturadas y sodio es clave para la salud cardiovascular en adultos mayores. Consumir frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado azul y aceite de oliva extra virgen ayuda a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol LDL.

La recomendación es evitar el consumo de embutidos, ultraprocesados, frituras y alimentos ricos en sal o azúcares añadidas. “Preparar los alimentos en casa permite controlar mejor los ingredientes y evitar el exceso de sodio que suele estar presente en los productos industrializados”, dice Carlos Fernández, cardiólogo.

2. Actividad física moderada

El ejercicio regular mejora la circulación, reduce la presión arterial, regula el colesterol y favorece un peso saludable, lo que disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, ayuda a mantener la masa muscular y la autonomía funcional en la vejez.

Entre los ejercicios que se recomiendan está: caminar, nadar, hacer ejercicios de bajo impacto como yoga o tai chi. Lo ideal es dedicar entre 30 a 45 minutos diarios, al menos cinco veces por semana.