Solamente un tipo de sal tiene yodo, un mineral esencial para el buen funcionamiento de las hormonas tiroideas T4 y T3, así como del sistema nervioso central.
El uso creciente de la sal del Himalaya puede desatar un problema de salud pública, pues este condimento tiene una desventaja ante la sal de mesa común y corriente: la falta de yodo.
De acuerdo con el doctor Mauricio González, residente de Medicina Interna en el Hospital Metropolitano de Nueva York, solamente la sal de mesa es adicionada con yodo, un mineral que es esencial sobre todo en edades tempranas.
El especialista aseveró que adicionar yodo a la sal de mesa ha reducido «dramáticamente» patologías como el bocio y algunas otras vinculadas con la deficiencia del mineral.
«Cualquier otro tipo de sal, como la de Himalaya, sal de mar, Kosher, etc., no lo están. Esto no es algo que se deba tomar a la ligera por el impacto de este mineral en la salud humana», detalló González en su cuenta de Twitter.
De acuerdo con el médico, el yodo es un mineral esencial de las hormonas tiroideas T4 y T3, así como del sistema nervioso central.
Además, dicho elemento puede tener efectos en el sistema inmune y su deficiencia se ha vinculado también a la enfermedad mamaria fibroquística, agregó el especialista.
Para los casos cuando por razones médicas existe necesidad de reducir el consumo de sal, el doctor recomienda optar por consumir algas marinas deshidratadas que son ricas de yodo.